Espiritualmente, este deporte enseña a sus participantes a que es necesario
ser perseverante con los objetivos diseñados, además de inculcar los valores
de educación y compañerismo. Los niños aprenden a respetar tanto al entrenador
como a sus compañeros.
- Ejercita la concentración y la disciplina, creando hábitos que ayudarán al niño en sus estudios y tareas.
- Fomenta el respeto y la educación, haciendo que el niño/a sea más comprensivo, tenga mejor control personal y cree actitudes positivas hacia los demás.
- La conquista de la confianza y seguridad en sí mismo hará que el niño/a se sienta seguro y con confianza de sus posibilidades en distintas situaciones de su vida cotidiana.
- Mejora de su forma física, ofreciendo a su cuerpo resistencia, incremento de energía, estímulos, flexibilidad, reflejos y motricidad, que mejorarán su estado físico y favorecerán a su desarrollo.